lunes, marzo 30, 2009

FINDE TEATRIL


Este fin de semana ha estado lleno de teatro, el pasado viernes 27 de marzo, se celebró el Día Mundial del Teatro, y le tocó al dramaturgo y director brasileño Augusto Boal escribir el manifiesto de este año, que me ha gustado mucho:

Todas las sociedades humanas son espectaculares en su vida cotidiana y producen espectáculos en momentos especiales. Son espectaculares como forma de organización social y producen espectáculos como este que ustedes han venido a ver.Aunque inconscientemente, las relaciones humanas se estructuran de forma teatral: el uso del espacio, el lenguaje del cuerpo, la elección de las palabras y la modulación de las voces, la confrontación de ideas y pasiones, todo lo que hacemos en el escenario lo hacemos siempre en nuestras vidas: ¡nosotros somos teatro!No sólo las bodas y los funerales son espectáculos, también los rituales cotidianos que, por su familiaridad, no nos llegan a la consciencia. No sólo pompas, sino también el café de la mañana y los buenos días, los tímidos enamoramientos, los grandes conflictos pasionales, una sesión del Senado o una reunión diplomática; todo es teatro.Una de las principales funciones de nuestro arte es hacer conscientes esos espectáculos de la vida diaria donde los actores son los propios espectadores y el escenario es la platea y la platea, escenario. Somos todos artistas: haciendo teatro, aprendemos a ver aquello que resalta a los ojos, pero que somos incapaces de ver al estar tan habituados a mirarlo. Lo que nos es familiar se convierte en invisible: hacer teatro, al contrario, ilumina el escenario de nuestra vida cotidiana.En septiembre del año pasado fuimos sorprendidos por una revelación teatral: nosotros pensábamos que vivíamos en un mundo seguro, a pesar de las guerras, genocidios, hecatombes y torturas que estaban acaeciendo, sí, pero lejos de nosotros, en países distantes y salvajes. Nosotros que vivíamos seguros con nuestro dinero guardado en un banco respetable o en las manos de un honesto corredor de Bolsa, fuimos informados de que ese dinero no existía, era virtual, fea ficción de algunos economistas que no eran ficción, ni eran seguros, ni respetables. No pasaba de ser mal teatro con triste enredo, donde pocos ganaban mucho y muchos perdían todo. Políticos de los países ricos se encerraban en reuniones secretas y de ahí salían con soluciones mágicas. Nosotros, las víctimas de sus decisiones, continuábamos de espectadores sentados en la última fila de las gradas.Veinte años atrás, yo dirigí ‘Fedra’ de Racine, en Río de Janeiro. El escenario era pobre: en el suelo, pieles de vaca, alrededor, bambúes. Antes de comenzar el espectáculo, les decía a mis actores: “Ahora acaba la ficción que hacemos en el día a día. Cuando crucemos esos bambúes, allá en el escenario, ninguno de vosotros tiene el derecho de mentir. El Teatro es la Verdad Escondida.”Viendo el mundo, además de las apariencias, vemos a opresores y oprimidos en todas las sociedades, etnias, géneros, clases y castas, vemos el mundo injusto y cruel. Tenemos la obligación de inventar otro mundo porque sabemos que otro mundo es posible. Pero nos incumbe a nosotros el construirlo con nuestras manos entrando en escena, en el escenario y en la vida.Asistan al espectáculo que va a comenzar; después, en sus casas con sus amigos, hagan sus obras ustedes mismos y vean lo que jamás pudieron ver: aquello que salta a nuestros ojos. El teatro no puede ser solamente un evento, ¡es forma de vida!Actores somos todos nosotros, el ciudadano no es aquel que vive en sociedad: ¡es aquel que la transforma!.

Es una suerte tener un novio actor, porque me he aficionado al teatro, y siempre que podemos nos escapamos a ver alguna obra, el viernes por la tarde, estrenó obra en el Centro Municipal de Pumarín...y aunque en principio me iba a pasar el fin de semana a Santander, me quedé porque no quería perderme el estreno en la obra, y doy gracias por no habérmelo perdido. El grupo "Mierescena" representó en el Día Mundial del Teatro la obra "La Cocina" de Arnold Wesker y dirigida por Andrés Presumido que la define así: "«La Cocina» es una metáfora del mundo, donde estallan las relaciones humanas en conflictos de poder, sociales, laborales, sentimentales, todo ello, como siempre, condimentado con momentos de humor, sin dejar de tener en cuenta que en esta cocina no cocinamos, es una labor demasiado seria, porque con la comida no se juega".

La obra es muy entretenida, y tiene un montaje genial...a mí me chocó mucho ver a mi chico vestido de cocinero, con el piquito, el mandilito, y el gorrito...jajaja!!, pero lo que más me gustó fue el registro del papel, que está mal que yo lo diga pero lo bordó.

El sábado por la tarde, tras ir a comprar el regalo de Miri , nos acercamos hasta Llanera para ver "Asturiestein" del Grupo Konjuro Teatro dirigida por Jorge Moreno, de la que habíamos visto ya "Happy Birthday Miss Monroe".

4 comentarios:

Yo dijo...

Jajajajaja qué gracia. Yo también estuve este finde en el teatro. Vimos "La fierecilla domada". Y lo del vimos lo pongo entre comillas porque yo ver, lo que se dice ver, vi poco. Increible...

Me dormí. ¿Te lo puedes creer?. Pero es que eso no es lo mejor... Es que pa más inri, cuando fuimos a por las entradas sólo quedaba paraiso... Y te juro que estaba superincómoda. Me dolía todo. Pues aún así, me pudo el sueño... De vergüenza... Estas cosas sólo me pasan a mí...

Keyeoh dijo...

No se de que te sorprendes, Meli, si tienes un peazo artista de la escena en casa. :-)

Y la Cocina tengo yo ganas de verla de una vez, que no me ha coincidido día que pueda empaquetar a los gemelos con algún abuelo para poder ir a verla...

Un abrazo,

Gus

Meli dijo...

Keyeoh: ATENCIÓN el viernes 17 de abril "La Cocina" en Corvera, a ver si puedes dejar a los peques con güelito o güelita, y te animas, yo iré seguro, así que si te apuntas ¡genial!.

Yo: mira que dormirte en el teatro...¿¿tan rollo era la obra cómo para dormirse??, si vas a esta no te duermes ni de coña, porque cantan, bailan, y estás entretenida la hora y media que dura.

Yo dijo...

Pues la verdad es que un poco rollo sí que me pareció. O será el cansancio que tenía encima...