DE VACACIONES EN CÁDIZ PARTE I

Este verano decidimos Peke y yo ir a pasar una semana de vacaciones a Cádiz, y la verdad que como he ido dejando y dejando el contarlo, ya van a llegar las siguientes vacaciones y yo aún sin postear. No puede ser, y aunque hoy no tengo muy buen día ya que ando un poco tocada por temas laborales, y...aunque debería estar pegandome un siestón, como no puedo dormir, prefiero aprovechar el tiempo y arrancarme ya con uno de los muchos posts que tengo pendientes, y que mejor manera que rememorar las vacaciones. La verdad que los 18 días de vacaciones que tuve cundieron muchísimo, estuvimos en tantos sitios e hicimos tantas cosas que me dio la sensación de que estuve fuera de casa un mes por lo menos. El primer día que quedé de vacaciones, ya nos fuimos a las fiestas de Lugones, de ahí enganchamos al día siguiente con las de Huerga de Frailes (un pueblecito de León cerca de Sta. María del Páramo), aprovechabamos que ibamos ya de camino para ver a nuestras sobris y a la familia. Esa noche la verdad que no dormimos mucho porque hubo música y fiesta hasta las 7 de la mañana, al día siguiente nos pusimos rumbo a Madrid. Gracias a nuestra gran amiga Miri, que se encontraba todavía en tierras chilenas y nos prestó su casita de "Madriz", hicimos noche allí, cuando llegamos a su piso estaba vacío, pero corrimos rápido a ver los regalos que nos trajo de New York (2 camisetas y un body spray de Victoria's Secret, mmm que rico huele). Aprovechando que estabamos en la capital quedamos con nuestros amigos Alberto y Sofía para ir a cenar a un egipcio, concretamente al Al-Jaima, sitio totalmente recomendable si os gusta probar nuevos sabores, luego nos tomamos un heladito en plena plaza de Chueca, estaban buenísimos porque los había muy originales: mandarina, melón, petálos de rosa...

Al día siguiente siguió nuestro viaje rumbo a la tacita de plata, justo a la salida de Madrid, se vio un poco truncado por la gran caravana que había al llegar a Toledo, ya que Zapatero ha decidido arreglar las autopistas cuando toda España sale de viaje...en fin nos armamos de paciencia. Llegamos bastante cansados ya que el calor sobre todo por Sevilla era insoportable, de tirarnos una botella de agua por encima para poder aguantarlo. Una vez encontrado nuestro apartamento y una vez instalados, le mandé un sms a Yo para decirle que habíamos llegado bien y que ya mañana nos llámabamos, decidimos ir a cenar porque teníamos un hambre feroz, y ahí que nos fuimos a una terracita a probar las tapitas, mmm ¿¿te apetecen unas salsichas?, jajaja fijaros en la foto, fue verídico.

Bien, nuestra aventura gaditana había comenzado, dimos un paseo nocturno por el centro de la ciudad, posando para una foto al lado de las cigarreras y llegando hasta la plaza del ayuntamiento y luego a la catedral parando para un heladito, en esto me llega un sms: ¿Habéis llegado bien, que empezasteis a bajar antes de ayer y aún no se nada de vosotros?, creo que el sms era de Yo aunque el número de móvil no lo tenía registrado...así que la llamé, jajajaja pero si te he mandado un sms cuando llegamos para avisarte, pero a saber a quién se lo envié (de hecho miré luego y el número tenía más cifras que un teléfono extranjero, jajajaja, así que menos mal que me escribió ella un sms que sino...)

Al día siguiente decidimos que además de descansar por la paliza del viaje y la aclimatización al medio (fuera de coñas, que el calor nos dejaba atontaos del todo), nos fuimos a la playa por la mañana (también queríamos comprar algunas cosas básicas para nuestra estancia) y quedar con Ellas mismas y el mundo al día siguiente.

Como me enrollo más que las persianas, me temo que tendré que contar las vacaciones en varias entregas...jajajaja, siento mucho el contarlo con pelos y señales, pero bueno, son tantas cosas que me cuesta condensarlas, hasta la próxima entrega de "Coquina y cazón en Cai".