Hace unas semanas me convertí en hada durante unas pocas de horas, con la inmejorable compañía del alocado "Payaso Pedoni" todas mis preocupaciones, penas y lamentaciones se esfumaron. Me convertí en niña de nuevo, en niña con alas de hada, mezclándome con ellos, me senté en el suelo a ver al payaso y al mago, hice cola para conseguir una flor en forma de globo (y no al revés), jugué al twister (una mano al rojo el pie al azul), a la escalera humana, me puse zancos, hicimos carreras de sacos, pedí la mirienda a mi mamá, y finalmente jugamos al corre que te pillo. Salté en los hinchables mientras repartía cosquillas a diestro y siniestro, casi lloro porque tropecé pisándome el vestido, le toqué la nariz al payaso y sonó, me reí mucho y jugué sin parar. Una niña me dijo que si era el hada de Cenicienta mientras me tiraba besos con la manita entreabierta, otro pequeño que si podía volar con las alas, claro que puedo, hoy todo es posible...esta noche iré a visitarte mientras duermes y entraré por tu ventana (aún recuerdo sus ojos mirándome como platos). Ese día llegué rendida a casa, pero con el mejor sabor de boca y la mayor de las satisfacciones, porque ese día hice feliz a muchos peques, a mi la primera.
sábado, julio 04, 2009
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3 comentarios:
El Hada Melitona estuvo genial, le brillaban los ojos y transmitió su felicidad a los niños! Jooo, me volví a enamorar de ella! Te quiero, princesa celta.
¡Que bonito! Y es que no has oído eso que todos llevamos un niño dentro que hay que dejarlo salir de vez en cuando :-)
Sois tal para cual, o cual para tal. Bueno, y lo de Melitona... pava, deberías pedir al Melitón que te patrocinen!! :-D Jajajaja!! Abrazos
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